Guadalupe Penino

Soy Joaquín Pradas, estudiante de 2do año del Colegio Nuestra Señora  de Begoña y quiero contarles sobre un caso único de la dictadura  militar, el caso Penino-Viñas.  

Guadalupe Penino, tiene 73 años, le dicen Lupe, es la prima de mi  mama´ y hermana de uno de los protagonistas de esta historia.  Actualmente ella vive en Mar Del Plata y me dio la oportunidad de  responder algunas preguntas que le envié por audio de WhatsApp. 

J – ¿Cómo afecto en vos y tu familia? 

G – En mi familia fue muy doloroso, Hugo era un chico muy bueno,  estudiaba Ciencias Económicas, jugaba al futbol… Cecilia estudiaba  psicología, eran chicos con mucha militancia contra la dictadura  pensando en reconstruir la democracia en el país.  

J – ¿Qué hicieron cuando desaparecieron Hugo y Cecilia? 

G – Con mi mama, como primera medida, fuimos a una organización que recién comenzaba, que eran las Madres de Plaza de Mayo. Así llevamos la denuncia, las fotos y toda la documentación. En esa época yo ayudaba a mi mama, la acompañaba en las marchas, mas de eso no se podía hacer. Fue una época muy dura, yo tuve en ese momento mi  segunda nena, que nació en julio del ´77 y Ceci tuvo el varón en  septiembre del ´77. 

J – ¿Cómo encontraron a Javier, hijo de Hugo y Cecilia? 

G – A través de la documentación presentada en Madres de Plaza de  Mayo, que llegó a Europa, una enfermera que había atendido a Cecilia en la ESMA, nos dijo que en septiembre del año ´77 había nacido un  varón y lo había llevado un militar marino que se llamaba Vildoza.  Como hubo muchas denuncias contra Vildoza, por vecinos, por un  médico que había atendido al nene y por otra situación, se vio  acorralado y se fue del país con el nene de 3 o 4 añitos en ese  momento. Igual siempre esperamos poder encontrarlo.  Paso el tiempo, y Javier, (nieto restituido por Abuelas de Plaza de  mayo) nos contó que sabía que era adoptado, pero no sabía cómo. Y  cuando vio denuncias contra su padre adoptivo (Vildoza) vino a la  Argentina en el año ´99 y se hizo el ADN, y como nosotros habíamos dejado toda la documentación en banco de sangre, ese ADN dio un  %99,99 de compatibilidad conmigo. Llegó a conocer a mi papa que en  esa época vivía, nos conoció a todos nosotros, y fue haciendo su  historia conociéndonos de a poco, y hoy es un chico que a pesar que  vive en Londres, tiene mucho contacto familiar, y gracias a eso está escribiendo un libro sobre el caso y enterándose cuál fue la verdad.